
Yo no he probado el LSD, salvo en 20 o 30 ocasiones cuando, apenas, era un crío. Recuerdo que, entre todos aquellos viajes, tuve uno bueno, quizá dos. Una vez un ángel se posó sobre mi hombro y me dijo que era sano beber leche de burra. El demonio era un idiota, un chiquito anodino vestido con camisa a rayas que nadie sabía qué ...