
Tú que eres este pan, esta mesa, este vino medio. Tú que eres la verdad del sol que entra por unos ventanales sucios y embriagas con tus dones una habitación vacía en la que reposan flores crecientes en el interior del cello. Viviendas que haces, deshaces y en cuyas ruinas te das al nacimiento una y otra vez. Tú que enciendes con tus labios la ...